domingo, 27 de junio de 2010

poemas para mi asesino (parte 1)

me sentía abrumada y enferma, el frio me poblaba las venas como estalactitas.
pero era miedo.
sentía miedo.
pero me cubriste con tu manos toda la noche.
y después de algunos moretones, mi piel ya no era de gallina.
solía ser tan blanca, tan pura, tan...inocente.
pero me ayudaste a superar eso, ese miedo, tal vez.
me alejaste del temor a ser golpeada, te agradezco.
me hiciste fuerte, me hiciste resistente.
y yo permanecí cayada, como me hiciste jurar.
ya no sentía la nariz, era un milagro.
la sangre brotaba por mil comisuras que se abrieron en mi piel.
bebiste de ella, jugaste con ella, reíste con ella, de ella, de mi.
jugaste a ser mi asesino, y lo hiciste muy bien.
me volviste jirones, me convertiste en envase, me revoleaste, me mentiste, me amaste. lo se. me amaste.
hiciste arte de mi.
y te agradezco.
te agradezco porque lloraste por mi.
lo se, lloraste solo por mi.
tal vez fue mi forma amorfa en la que estaba convertida.
tal vez fue mi mirada, no lo dudo.
o las marcas en mi piel, o mis partes esparcidas, mi vida, mi no vida.
te agradezco.
Sos mi padre creador, quien me quito la vida, y te lo debo todo.
fuiste tan valiente.
te lo agradezco.

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