sábado, 26 de junio de 2010


En el cajón de los recuerdos se encuentra lo que algún día fuí, en otro momento, en otra vida, en otro lugar.
Quise sacar un rock que me animé a bailar a pesar de mi burocracia. y un millón de estampillas valoradas en 7 millones que perdí en una estación de trenes por no perderme el tren.
quise sacar el sonido de un tocadiscos con la musica mas reBolucionaria de The Beatles, y en cambio encontre a Sui Generis, y me largué a llorar por su belleza.
Habia un vestido negro con lunares blancos, aunque podría haber sido rojo, pero los colores se ausentan en el pasado, me di cuenta. el vestido era corto, lo suficientemente corto como para causar un paro cardíaco en los '20.
encontré una foto de mi misma con otro cuerpo. y encontré el sabor del opio en un bar irlandés.
fui de a poco revolviendo entre muñecas de porcelana, y peinetas con encajes en oro, un par de zapatos pocos finos y muy gastados, monedas de la segunda guerra mundial y un diario de la caida del muro de Berlín como noticia de tapa.Había una katana con salpicaduras de sangre fresca y un kimono de flores violetas y detalles en verde. De todo ello y un montón de cosas mas, sólo me quedé con una carta con destinatario a mi casa actual, y a pesar que el sobre estaba en perfectas condiciones como escrita recientemente, la fecha es de 1979. una carta que no había visto antes y que tenía más valor que todas las demás cosas.
"Mi querida: En una semana por la noche me pasaré por tu casa, llevo polvorones caseros para el té. Tengo varias cosas que tu madre dejó para vos antes que se marchara para siempre. Entre ellos dejó un cajón con la leyenda 'recuerdos', dijo que era muy importante y que nadie lo abriera, solo vos cuando estes sola. Me da intriga, pero fue el deseo de tu madre antes de su muerte. un cordial saludo. María Elisa"

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